jueves, 4 de noviembre de 2010

Un niño con talla de HOMBRE

    La Patria es ara, no pedestal era la frase martiana que sobre un cartel enarbolaba un niño en Sancti Spíritus en la mañana del 28 de enero de 1953, quien encabezaba la marcha para rendir homenaje al Maestro en el centenario de su natalicio.
   El desfile fue disuelto a plan de machete y a cachiporra por la policía; pero en horas de la tarde, al develarse un busto del Apóstol en el poblado de Guayos, la misma expresión salía de los labios de aquel adolescente que aún no había cumplido los 15 años de edad.

domingo, 17 de octubre de 2010

El último soldado en el cuartel

Virginio Vidal Guerra Guerra, quien acumula 95 años de vida, recuerda su ingreso a las fuerzas armadas en el gobierno de Carlos Prío Socarrás y su condición de guardia rural en la dictadura de Fulgencio Batista. Asegura no haber practicado abusos ni maltratos y sí haber ayudado a salvar revolucionarios en la última etapa de la insurrección cubana.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Así era Enrique Villegas...


Para sus amistades, familiares y otros allegados Enrique Villegas Martínez era el revolucionario cabal, el rebelde por naturaleza, el joven humano capaz de darlo todo; pero para la soldadesca batistiana era un revoltoso, un "fantasma" que le daba muchos dolores de cabeza.

Una familia Maceista

La situación geográfica de Sancti Spiritus y la calidad humana de muchos de sus hijos hicieron que la Dirección Nacional del Directorio Revolucionario 13 de Marzo escogiera a esa ciudad como centro conspirativo a finales de 1957, con el propósito de crear un frente guerrillero en la zona del Escambray.
En esa efervescencia patriótica una pequeña vivienda de la calle Dolores se convertía por aquellos días en el Cuartel General del Movimiento Clandestino.
¿Y quiénes eran los moradores del modesto hogar, situado casi en las márgenes del río Yayabo?.

martes, 12 de octubre de 2010

La bandera de la invasión


Pudo haber sido otro sitio, pero el azar histórico quiso que fuera Taguasco, específicamente Ciego Potrero, el lugar donde ocurrió la despedida de la invasión por parte del Gobierno de la República en Armas, ceremonia en la que también se lleva a cabo la conmovedora entrega de la Enseña Nacional a Antonio Maceo para portarla en su misión hasta el extremo oeste de la Isla.

El hecho tuvo lugar el 5 de diciembre de 1895, cuatro días después de que Serafín Sánchez fuera designado jefe del Cuarto Cuerpo del Ejército, estructura que abarcaba al territorio de Las Villas.
En la comunicación de tal responsabilidad el General en Jefe, Máximo Gómez, le expresa al destacado patriota espirituano: "En la pericia militar de Ud. y acrisolado patriotismo, queda confiado este Cuartel General para el satisfactorio desempeño del importante cargo que se le confiere". Además le fue reconocido al insigne guerrero el grado de Mayor General, la más alta jerarquía en el Ejército Libertador.

LA IDEA DE LA BANDERA
En septiembre de 1895, en la Asamblea de Jimaguayú, se constituye el Gobierno en Armas. La revolucionaria Belén Agüero de Betancourt tuvo la iniciativa de hacer un obsequio al presidente de la República. Dicho presente consistió en una bandera cubana.
Belén y otras conspiradoras realizaron una colecta entre más de medio centenar de mujeres camagüeyanas para hacer realidad la idea. Una vez confeccionado el pabellón fue obsequiado al presidente electo, Salvador Cisneros Betancourt, quien teniendo en cuenta la coincidencia del gesto con la preparación de la campaña hacia el Occidente del país, decidió que el estandarte fuera la bandera de la invasión.
El Gobierno, que había designado General en Jefe del Ejército a Máximo Gómez y, Lugarteniente a Antonio Maceo, quiso compartir los peligros de la guerra, por ello partió desde la sabana de Baraguá con los invasores a pesar de la resistencia hecha por el Titán y el Generalísimo.
Maceo temía que el Presidente perdiera la vida en la contienda, por tal razón insistía en su retorno a la zona oriental, lo cual era recomendable, además, por la situación política existente y la necesidad de administrar los fondos para la compra de armamentos en el exterior.
A finales de noviembre le expresa a Gómez: "Otra consideración me ha movido a dar este consejo al Gobierno, y es la de que su presencia en las Villas podría dificultar el desenvolvimiento de las operaciones proyectadas por Ud., y distraer fuerzas de la columna invasora para atender á la custodia de aquél. Además, pudiera suceder que perdiésemos en un combate al Presidente, y en estos momentos, tan apremiantes para nosotros sería una pérdida de muy mal efecto".
Después de dos meses y medio de vida en campaña, regresa el Gobierno a Camagüey.

EMOTIVO ACTO ANTES DEL RETORNO
El Comandante Raimundo Sánchez, hermano de Serafín, describió la emotiva despedida:
Día 5. Muy temprano nos despiertan los alegres acordes de la Banda de música oriental que acompañaba al general Maceo. La víspera nos había dormido, blandamente mecidos en nuestras hamacas al compás de las suaves notas de aquellos aires especiales, y hoy nos halaga la misma música, a las que siguen las cornetas tocando diana. Nos preparamos todos, como para marchar, se forman las fuerzas para despedirnos, pues el contingente invasor, con los generales Gómez, Maceo y Sánchez, ha de seguir adelante, y el Gobierno ha de regresar a Camagüey...
En calidad de delegado del Gobierno y para que lo represente en Las Villas y Occidente con todas las facultades que al mismo competen se quedó el secretario del Interior, el Doctor espirituano Santiago García Cañizares.
También José Miró Argenter, jefe del Estado Mayor de la columna, relata en su obra Crónicas de la Guerra la despedida:
"El ciudadano Presidente Salvador Cisneros, después de dedicar algunas frases al ejército libertador por su entusiasmo y decisión en los combates, prendas seguras de mayores victorias, puso en manos del caudillo oriental una lujosa bandera, regalo de las hijas del Tínima, para que ella fuese la insignia triunfal de la invasión de occidente, empresa heroica cual pocas -dijo el íntegro patriota- llena de peligros y sembrada de obstáculos, pero que serán vencidos por el valor y la fé que a todos os anima, y por el poderoso brazo de nuestro ilustre caudillo, ¡de nuestro Maceo!, a quien hago donación de esa bandera para que flamee al soplo de las brisas de Levante sobre el risco más avanzado del Cabo de San Antonio.
Según se cuenta en la Historia, Cisneros Betancourt, por tanta emoción, no pudo continuar su discurso y a manera de epílogo abrazó al Lugarteniente General, momento en que un golpe de viento envolvió a los dos patriotas en los pliegues del pabellón, como si la brisa hubiese querido hacer suprema la conmoción en aquellos instantes.
Maceo entregó la insignia a su joven ayudante Ramón Ivonet Hechavarría, quien la llevó hasta que murió gloriosamente en la batalla de Tumbas de Estorino, Pinar del Río.
El emblema fue rescatado por los ayudantes de Maceo, Emilio Bacardí, Gerardo Portela y M. Nodarse con gran peligro para sus vidas.
El Titán, que lamentó la muerte del abanderado, entregó la enseña a un hermano del héroe caído, al Coronel Pedro Ivonet y Hechavarría, quien la portó orgulloso durante la campaña hasta la trágica ruta de Punta Brava. Luego regresó a Oriente con la bandera, que tiene más de un balazao y la cedió, en 1902 al alcalde municipal Emilio bacardí. Allí permanece, conservada en un cuadro del museo Bacardí, en Santiago de Cuba.

Una extraordinaria familia cubana

Miguel Ángel recuerda emocionantes
anécdotas de su abuela paterna
Haber arribado a los 95 años de edad con la fortuna de poseer magnífica lucidez y ser descendiente del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia son motivos suficientes para charlar con Miguel Angel Pérez Sánchez, el único sobrino-nieto del prestigioso jefe del Ejército Libertador que vive en la ciudad del Yayabo.

Un nombre sin mancha


Arroyo Blanco, entonces barrio de Sancti Spíritus, vio nacer el 4 de agosto de 1865 a Sabás Raimundo, a quien las circunstancias históricas le hicieron torcer el rumbo de su vida casi al final de los estudios de la enseñanza superior por los que había optado luego de cumplir 22 años de edad.